viernes 26 , abril 2024
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Silicon Valley apuesta a las energías renovables

Grandes nombres de la esfera tecnológica crearon un fondo destinado a invertir en startups relacionadas con las energías renovables.


Silicon Valley puede estar considerado como uno de los mejores lugares para trabajar y en donde más dinero se puede ganar, pero una cosa está clara: la relación entre las compañías tecnológicas no es nada idílica.

Google y Apple enfrentados por ver quién tiene mejor sistema operativo para móvil, Apple y Microsoft y los ordenadores, Amazon y Netflix por conseguir las mejores series, Facebook y básicamente todo el mundo por la protección de datos…

Pero existe una cosa en la que coinciden, y es en hacer todo lo posible por dejar un planeta lo más sano posible a las futuras generaciones.

La filantropía de Silicon Valley
Bill Gates, fundador de Microsoft tiene una larga trayectoria filantrópica. Él y su mujer, a través de la Fundación Gates han donado más de 38 mil millones de dólares a distintas causas benéficas. Desde becas escolares hasta ayudas para vacunar en África, la pareja ha sido un ejemplo a seguir por toda la industria.

Hace dos años, Gates junto con Jeff Bezos, Richard Branson, Mark Zuckerberg y otros grandes nombres de la esfera tecnológica se unieron para atajar uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la humanidad: el cambio climático y el agotamiento de las fuentes de energía clásicas.

Fue así como nació Breakthrough Energy Ventures, un fondo destinado a invertir en startups cuyo propósito sea crear nuevas tecnologías relacionadas con las energías renovables. Este fondo cuenta con nada más y nada menos que mil millones de dólares para repartir entre las empresas que capten la atención de los CEOs.

Y hay dos afortunadas que han conseguido poner de acuerdo a todos los grandes nombres que dirigen BEV: Form Energy y Quidnet Energy.

Qué hacen Form Energy y Quidnet Energy
La primera está desarrollando una batería para almacenar grandes cantidades de energía durante largos periodos de tiempo y por último pero no menos importante, a un precio accesible, algo que Tesla por ejemplo todavía no ha podido conseguir (la batería más básica para consumo diario cuesta 3.000 dólares). Además, cuenta con un antiguo ingeniero de la propia Tesla en su equipo.

Quidnet por otra parte, se ha centrado más en el almacenamiento de energía a gran escala para generar electricidad a través de molinos de viento.

A partir del bombeo de agua en pozos de petróleo y gas sin utilizar, crean la presión suficiente entre las paredes rocosas al llenarse estas de agua.

Esta presión, una vez liberada cuando sea necesario, crea la fuerza suficiente para poner en movimientos molinos de viento y así crear energía. Y lo que sobra se utiliza para bombear otra vez agua y empezar otra vez.

Estas dos compañías – y todas las que están por llegar – pueden cambiar y mejorar de una vez por todas el mundo en el que vivimos. Y Silicon Valley estará ahí en cada paso, controlando cada movimiento como ya lo hacen con la tecnología.

Si lo hacen por amor al planeta, o por querer seguir dando esa imagen de industria perfecta, donde todo el que trabaja allí es feliz, son todos “progres” y siguen un estilo de vida perfecto – donde la concienciación sobre el medio ambiente es uno de los grandes pilares – solo ellos lo sabrán. Pero si el resto del mundo puede salir ganando, bienvenido sea.

revistagq.com

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